jueves, 31 de mayo de 2012

los niños perfectos de Hitler

OBSERVEMOS DESDE UN CONTEXTO HISTÓRICO LA EUGENESIA












A fines del siglo XIX, emergió entre científicos y médicos un movimiento que defendía el mejoramiento de la herencia humana. Francis Galton, un respetado científico británico fundador del movimiento, dio el nombre de eugenesia a este nuevo campo de investigación. Galton afirmaba que esta disciplina había sido fundada sobre principios científicos. Galton formuló por primera vez sus ideas acerca de la eugenesia al leer el Origen de las Especies, trabajo escrito por su primo Charles Darwin. En ese libro, Darwin argüía que el cambio hereditario, junto con la selección natural produciría nuevas especies. Debido a que la eugenesia estaba basada en las teorías darvinianas, muchos eugenicistas temían que las instituciones modernas, tales como el seguro social y médico, estaban engendrando la degeneración biológica entre los humanos. Al suavizar la lucha por la existencia, la sociedad moderna permitía la reproducción de los "seres inferiores". El propósito de la eugenesia era revertir esta tendencia degenerativa para que los humanos pudieran fomentar el progreso evolutivo.
Después de 1900, el movimiento eugenésico se diseminó rápidamente por todo el mundo occidental, especialmente entre científicos y médicos. Aunque los defensores de la eugenesia abrazaban diferentes corrientes políticas, fue especialmente popular entre los progresistas. En Alemania, el movimiento eugenésico dio un paso importante en 1900 cuando el concurso Krupp Prize ofreció un gran premio monetario por el libro que mejor respondiera a la pregunta: "¿Qué aprendemos de los principios de la evolución biológica con respecto a los avances políticos y la legislación de los países?" Wilhelm Schallmayer ganó el concurso con su libro "Herencia y Selección" (1903), el cual defendía enérgicamente la eugenesia. El médico Alfred Ploetz organizó el movimiento eugenésico alemán; en 1904, fundó el primer periódico en el mundo sobre la eugenesia y el año siguiente estableció la primera sociedad eugenésica. En Estados Unidos, el genetista Charles Davenport se convirtió en el principal organizador del movimiento eugenésico al establecer la Oficina de Registros sobre Eugenesia en Long Island (1910). Solicitó con éxito fondos para su investigación a importantes empresas de Estados Unidos, tales como la Fundación Carnegie.
Para la década de 1920, el movimiento pro eugenesia ya estaba tan bien establecido que muchas universidades de los Estados Unidos y Europa ofrecían cursos de eugenesia. Antes de morir (1911) Galton había establecido una cátedra sobre higiene racial (el término alemán para eugenesia) en la Universidad de Londres, y en 1927 Alemania fundo el Instituto Kaiser Wilhelm de Antropología, Herencia Humana y Eugenesia. La elite médica progresista de Latinoamérica, Asia y todos los lugares del mundo se impregnaba de la eugenesia junto con el conocimiento médico occidental.
Aunque algunos eugenicistas se enfocaban principalmente a la ciencia de la herencia humana, muchos promovían simultáneamente programas y políticas de control de la reproducción humana. Mediante la propagación de nuevas ideas acerca de la sexualidad y presionando para que las leyes controlaran la reproducción, los científicos empezaron a promover una nueva ética o nueva moralidad. Muchos de los primeros eugenicistas basaron su ética en la evolución, llamando a la eugenesia "evolución aplicada". En su opinión, cualquier cosa que promoviera el progreso evolutivo era buena, y cualquier cosa que condujera hacia la decadencia biológica era mala. Así, la salud y vitalidad biológica se convirtieron en las normas con las que juzgaban todas las acciones y políticas. Con frecuencia, su nueva moralidad entraba en conflicto con la moralidad cristiana tradicional.

martes, 29 de mayo de 2012

La eugenesia y el Estado (1890-1945)

La eugenesia y el Estado (1890-1945)

Uno de los primeros defensores modernos de las ideas eugenésicas (antes de que fueran clasificadas como tales) fue Alexander Graham Bell. En 1881 Bell investigó la tasa desordera en Martha's Vineyard, Massachusetts. De esto concluyó que la sordera era de naturaleza hereditaria y recomendó la prohibición del matrimonio con sordos («Memoria sobre la formación de un tipo de sordera en la raza humana») incluso a pesar de que él mismo estaba casado con una sorda. Como muchos otros de los primitivos eugenesistas, propuso controlar la inmigración con fines eugenésicos y advirtió que los colegios internos para sordos podrían considerarse posiblemente como lugares de cría de una raza humana sorda.
Aunque la eugenesia es hoy relacionada a menudo con el racismo, no siempre fue así: tanto W.E.B. DuBois como Marcus Garvey apoyaron la eugenesia o ideas similares como forma de reducir el sufrimiento de los afroamericanos y mejorar su estatura. Muchos métodos legales de eugenesia incluyeron leyes estatales contra la miscegenación o la prohibición de los matrimonios interraciales. La Corte Suprema de los Estados Unidos derogó estas leyes estatales en 1967 y declaró inconstitucionales las leyes antimiscegenación.
La Alemania nazi de Adolf Hitler fue famosa por los programas eugenésicos que intentaban mantener una raza alemana «pura» mediante una serie de medidas recogidas bajo la llamada "higiene racial". Entre otras actividades, los nazis realizaron extensivos experimentos en seres humanos vivos para comprobar sus teorías genéticas, yendo desde la simple medida de las características físicas a los horrendos experimentos efectuados por Josef Mengele y Otmar von Verschuer con gemelos en los campos de concentración. Durante los años 1930 y 1940, el régimen nazi esterilizó forzosamente a cientos de miles de personas a los que consideraba mental y físicamente «no aptos» (se estima que unas 400.000 entre 1934 y 1937). La escala del programa nazi provocó que los defensores estadounidenses de la eugenesia buscasen una ampliación del suyo, con alguna queja sobre que «los alemanes nos están ganando en nuestro propio juego».10 Los nazis fueron incluso más allá, matando decenas de miles de inválidos oficiales mediante programas obligatorios de "eutanasia"
También implantaron varias políticas eugenésicas positivas, otorgando premios a las mujeres arias que tenían un gran número de hijos y promoviendo un servicio en el que mujeres solteras «racialmente puras» eran fecundadas por oficiales de las SS (Lebensborn). Muchas de sus preocupaciones sobre la eugenesia y la higiene racial estuvieron también presentes en su exterminio sistemático de millones de personas «indeseables», incluyendo judíos, gitanos, testigos de Jehová y homosexuales durante el Holocausto (buena parte del equipo y los métodos de exterminio usados en los campos fueron desarrollados inicialmente en un programa de eutanasia). El alcance y la coacción de los programas eugenésicos alemanes, junto con el fuerte uso de la retórica eugenésica y la llamada «ciencia racial» durante todo el régimen, crearon una indeleble asociación cultural entre la eugenesia y el Tercer Reich en los años de posguerra.
El segundo mayor movimiento eugenésico se dio en los Estados Unidos. Comenzando con Connecticut en 1896, muchos estados aprobaron leyes sobre el matrimonio con criterios eugenésicos, prohibiendo casarse a cualquiera que fuese «epiléptico, imbécil o débil mental». En 1898 Charles B. Davenport, un prominente biólogo estadounidense, comenzó como director de una estación de investigación biológica situada en Cold Spring Harbor unos experimentos sobre la evolución de plantas y animales. En 1904, Davenport recibió fondos del Instituto Carnegie para fundar la Estación de Evolución Experimental. La Eugenics Record Office (’Oficina de Registro de Eugenesia’) abrió en 1910 mientras Davenport y Harry H. Laughlin empezaban a promocionar la eugenesia.
Durante el siglo XX, los investigadores se vieron intrigados por la idea de que las enfermedades mentales podían transmitirse dentro de las familias y llevaron a cabo varios estudios para documentar la heredabilidad de enfermedades tales como la esquizofrenia, el trastorno bipolar y la depresión. Desafortunadamente estos intereses terminaron asociados con el movimiento eugenesista. A finales del siglo XIX y principios del XX se promulgaron leyes estatales para prohibir el matrimonio y forzar la esterilización de los enfermos mentales con el fin de evitar la «transmisión» de las enfermedades mentales a la siguiente generación. Estas leyes fueron ratificadas por la Corte Suprema de los Estados Unidos en 1927 y no fueron abolidas hasta mediados de siglo. Para 1945 unos 45.000 enfermos mentales habían sido esterilizados forzosamente.
En los años siguientes, la Eugenics Record Office reunió una enorme colección de árboles genealógicos y concluyó que quienes eran no aptos procedían de entornos económica y socialmente pobres. Eugenesistas tales como Davenport, el psicólogo Henry H. Goddardy el conservacionista Madison Grant (todos muy respetados en su época) empezaron a presionar para lograr diversas soluciones políticas al problemas de los «no aptos». (Davenport abogaba por la restricción de la inmigración y la esterilización como métodos principales, Goddard recomendaba la segregación en su libro La familia Kallikak, y Grant era partidario de todo lo anterior y más, abrigando incluso la idea del exterminio).14 Aunque su metodología y métodos de investigación se consideran actualmente muy defectuosos, en la época se consideró una investigación científica legítima. Tuvo sin embargo detractores científicos (notablementeThomas Hunt Morgan, uno de los pocos mendelistas en criticar explícitamente la eugenesia), si bien la mayoría de ellos se centraron más en la primitiva metodología de los eugenesistas y en la consideración de casi cualquier característica humana como hereditaria, que en la idea de la eugenesia en sí.15
La idea del «genio» y el «talento» fue también considerada por William Graham Sumner, un fundador de la American Sociological Society (actual American Sociological Association), quien mantenía que si el gobierno no interfería en la política social de laissez faire, surgiría una clase de genios en la cima del sistema de estratificación social, seguida de una clase de talentos. La mayor parte del resto de la sociedad caería en la clase de los mediocres. Aquellos que eran considerados anormales (retrasados mentales, minusválidos, etcétera) tenían un efecto negativo sobre el proceso social al consumir recursos necesarios. Deberían ser dejados solos para que se valiesen por sí mismo. Pero los de la clase de delincuentes (criminales, pervertidos, etcétera) deberían ser eliminados de la sociedad.16
Con la aprobación de la ley de inmigración Johnson-Reed, los eugenesistas jugaron por vez primera un papel protagonista en el debate del Congreso como expertos asesores sobre la amenaza de «linajes inferiores» procedentes del este y el sur de Europa. Esto redujo el número de inmigrantes del extranjero al 15% de años anteriores, al controlar el número de individuos «no aptos» que entraban al país. La nueva ley reforzó las anteriores que prohibían la mezcla racial en un intento por conservar el acervo genético.17 Las consideraciones eugenésicas también estuvieron tras la aprobación de leyes sobre el incesto en buena parte de los Estados Unidos y fueron usadas para justificar muchas leyes antimiscegenación.18
Algunos estados esterilizaron a los "imbéciles" durante buena parte del siglo XX. La Corte Suprema de los Estados Unidos sentenció en el caso Buck contra Bell de 1927 que el estado de Virginia podía esterilizar a los considerados no aptos. La época más importante de esterilización eugenésica fue entre 1927 y 1963, cuando unas 64.000 personas fueron esterilizadas forzosamente bajo las leyes eugenésicas de los Estados Unidos.19 Un informe favorable sobre los resultados de la esterilización en California, con mucho el estado que más esterilizaciones realizó, fue publicado con formato de libro por el biólogo Paul Popenoe y sería ampliamente citado por el gobierno nazi como evidencia de que los programas masivos de esterilizaciones eran factibles y humanos. Cuando los dirigentes nazis fueron juzgados por crímenes de guerra en los Juicios de Núremberg tras la Segunda Guerra Mundial, justificaron las esterilizaciones masivas citando a los Estados Unidos como sus inspiradores.




Los eugenicistas



Los eugenicistas no siempre estaban de acuerdo entre ellos mismos acerca de qué medidas debían tomarse para controlar la reproducción humana. Algunos ponían el acento sobre la eugenesia; es decir, medidas que alentaran a los "mejores" humanos a ser más prolíficos. Por ejemplo, rebajar impuestos o incluso dar subsidios a las clases altas y a los intelectuales para que tuvieran más hijos. En muchas de estas propuestas iba incrustada la suposición de que las clases altas y los intelectuales eran biológicamente superiores a las masas, especialmente la clase trabajadora. La mayoría de los eugenicistas también apoyaba la eugenesia negativa (es decir, los esfuerzos para evitar la reproducción de los individuos "inferiores", generalmente definidos como discapacitados congénitos, criminales habituales y todos aquellos que pertenecían a las razas supuestamente inferiores, tales como africanos, indios norteamericanos, etc.).
Algunos eugenicistas esperaban que las restricciones matrimoniales o la segregación permanente (encarcelamiento) de aquellos considerados no aptos para la reproducción lograrían resultados positivos. Sin embargo, a principios del siglo XX, un nuevo método para controlar la reproducción (la esterilización) se volvió muy popular entre los defensores de la eugenesia. En 1907 los Estados Unidos fueron la primera nación del mundo en aprobar una ley de esterilización obligatoria, cuando Indiana decidió forzar a algunos internos de sus prisiones y manicomios a someterse a la esterilización. Muchos otros estados siguieron el ejemplo, y en 1927, la suprema corte de los Estados Unidos declaró que las leyes de esterilización estaban permitidas. Para 1940, más de 35,000 personas habían sido esterilizadas obligatoriamente en los Estados Unidos. El régimen nazi implementó una campaña de esterilización aún más vigorosa en 1934, dando por resultado la esterilización forzada de más de 400,000 personas.
Como muchos eugenicistas eran racistas,  introdujeron medidas para restringir la reproducción de quienes consideraban razas inferiores. Algunos eugenicistas de los Estados Unidos tuvieron éxito al lograr que se aprobaran leyes anti-mestizaje como forma de mejorar la herencia humana. También se regocijaron con la aprobación del Acta de Inmigración de 1924, que restringía la inmigración desde países con calidad biológica supuestamente inferior.
Algunos eugenicistas radicales incluso defendían el infanticidio o la "eutanasia" involuntaria para deshacerse de las personas "inferiores". En 1870, el famoso biólogo darviniano alemán Ernst Haeckel, se convirtió en uno de los primeros intelectuales de la Europa moderna en proponer seriamente el asesinato de los niños con problemas congénitos. A principios del siglo XX, figuras destacadas como Jack London, Eugene Debs, Clarence Darrow, Margaret Sanger, H. G. Wells y Julian Huxley, apoyaron la legalización de la eutanasia, muchos de ellos porque la consideraban como medida eugenésica. En su afán de liberar a Alemania de aquellos considerados biológicamente inferiores, el régimen nazi implementó un programa en 1939 (después del inicio de la Segunda Guerra Mundial) para matar a las personas que estuvieran internadas en instituciones y tuvieran enfermedades congénitas, especialmente mentales, pero también a sordos, ciegos y otros. Hacia finales de la primera guerra mundial, los nazis habían matado en total a unos 200,000 discapacitados.
La respuesta de las iglesias al surgimiento de la eugenesia varió considerablemente. Los protestantes de las principales líneas, especialmente los de teología más liberal, se enorgullecían de adaptarse a las tendencias modernas y, en general, adoptaron con entusiasmo la ideología eugenésica. La Sociedad para la Eugenesia Norteamericana recibió cientos de trabajos para el concurso de sermones sobre eugenesia que patrocinó en la década de 1920. La oposición más audible y organizada hacia la eugenesia, especialmente hacia la esterilización y la eutanasia, provino de la iglesia católica, aunque muchos protestantes conservadores también se opusieron.
La eugenesia murió a mitad del siglo XX, al menos como movimiento organizado, por varias razones. El determinismo biológico estaba en decadencia, especialmente en psicología y antropología, pero también en muchos otros campos. Además, los críticos de la eugenesia pudieron capitalizar la baja calidad de algunos de los postulados científicos que apuntalaban la eugenesia. Las atrocidades nazis dieron mayor descrédito a la eugenesia. Finalmente, el llamado a la libertad reproductiva que acompañó a la Revolución Sexual de la década de 1960 contradijo las medidas obligatorias defendidas por los anteriores progresistas.
En los últimos 10 ó 20 años, han aparecido muchas docenas de libros sobre la historia de la eugenesia. Este intenso interés probablemente sea provocado por el miedo al resurgimiento de la eugenesia bajo otra apariencia. De hecho, desde la última parte del siglo veinte y hasta hoy, nuevas tecnologías reproductivas tales como la fertilización "in vitro", la amniocéntesis y el diagnóstico de enfermedades genéticas nos han presentado prospectos de una forma de eugenesia más individualizada. Por décadas, los padres han abortado niños con discapacidades serias. Recientemente se ha hecho posible seleccionar un óvulo fertilizado con características genéticas específicas antes de que sea implantado en el útero de la madre. Algunos médicos y científicos opinan abiertamente que las personas deberían seleccionar artificialmente las características de sus descendientes, aunque los críticos advierten sobre los peligros de los "bebés de diseñador".
Es muy probable que la clonación humana sea una realidad en un futuro cercano, y ante los acalorados debates sobre la moralidad de la clonación y la investigación con células madre, la historia de la eugenesia es un foco rojo. Los médicos y científicos de principios del siglo XX que apoyaron la eugenesia con frecuencia negaron la validez de la ética cristiana (o cualquier otra) en sus investigaciones, e incluso en sus propuestas de políticas públicas. Supuestamente,  la eugenesia era una panacea científica objetiva para miles de enfermedades físicas y sociales. Debemos asumir el control de nuestro futuro, afirmaban los defensores de la eugenesia, para liberar el destino humano de las enfermedades hereditarias y el crimen. Las consideraciones éticas fueron desdeñadas por ser perjudiciales para el progreso y la salud humana.

HISTORIA

HISTORIA


A fines del siglo XIX, emergió entre científicos y médicos un movimiento que defendía el mejoramiento de la herencia humana. Francis Galton, un respetado científico británico fundador del movimiento, dio el nombre de eugenesia a este nuevo campo de investigación. Galton afirmaba que esta disciplina había sido fundada sobre principios científicos. Galton formuló por primera vez sus ideas acerca de la eugenesia al leer el Origen de las Especies, trabajo escrito por su primo Charles Darwin. En ese libro, Darwin argüía que el cambio hereditario, junto con la selección natural produciría nuevas especies. Debido a que la eugenesia estaba basada en las teorías darvinianas, muchos eugenicistas temían que las instituciones modernas, tales como el seguro social y médico, estaban engendrando la degeneración biológica entre los humanos. Al suavizar la lucha por la existencia, la sociedad moderna permitía la reproducción de los "seres inferiores". El propósito de la eugenesia era revertir esta tendencia degenerativa para que los humanos pudieran fomentar el progreso evolutivo.
Después de 1900, el movimiento eugenésico se diseminó rápidamente por todo el mundo occidental, especialmente entre científicos y médicos. Aunque los defensores de la eugenesia abrazaban diferentes corrientes políticas, fue especialmente popular entre los progresistas. En Alemania, el movimiento eugenésico dio un paso importante en 1900 cuando el concurso Krupp Prize ofreció un gran premio monetario por el libro que mejor respondiera a la pregunta: "¿Qué aprendemos de los principios de la evolución biológica con respecto a los avances políticos y la legislación de los países?" Wilhelm Schallmayer ganó el concurso con su libro "Herencia y Selección" (1903), el cual defendía enérgicamente la eugenesia. El médico Alfred Ploetz organizó el movimiento eugenésico alemán; en 1904, fundó el primer periódico en el mundo sobre la eugenesia y el año siguiente estableció la primera sociedad eugenésica. En Estados Unidos, el genetista Charles Davenport se convirtió en el principal organizador del movimiento eugenésico al establecer la Oficina de Registros sobre Eugenesia en Long Island (1910). Solicitó con éxito fondos para su investigación a importantes empresas de Estados Unidos, tales como la Fundación Carnegie.
Para la década de 1920, el movimiento pro eugenesia ya estaba tan bien establecido que muchas universidades de los Estados Unidos y Europa ofrecían cursos de eugenesia. Antes de morir (1911) Galton había establecido una cátedra sobre higiene racial (el término alemán para eugenesia) en la Universidad de Londres, y en 1927 Alemania fundo el Instituto Kaiser Wilhelm de Antropología, Herencia Humana y Eugenesia. La elite médica progresista de Latinoamérica, Asia y todos los lugares del mundo se impregnaba de la eugenesia junto con el conocimiento médico occidental.
Aunque algunos eugenicistas se enfocaban principalmente a la ciencia de la herencia humana, muchos promovían simultáneamente programas y políticas de control de la reproducción humana. Mediante la propagación de nuevas ideas acerca de la sexualidad y presionando para que las leyes controlaran la reproducción, los científicos empezaron a promover una nueva ética o nueva moralidad. Muchos de los primeros eugenicistas basaron su ética en la evolución, llamando a la eugenesia "evolución aplicada". En su opinión, cualquier cosa que promoviera el progreso evolutivo era buena, y cualquier cosa que condujera hacia la decadencia biológica era mala. Así, la salud y vitalidad biológica se convirtieron en las normas con las que juzgaban todas las acciones y políticas. Con frecuencia, su nueva moralidad entraba en conflicto con la moralidad cristiana tradicional.

Características del ideario eugenista


Características del ideario eugenista


Las características del eugenismo que me interesa destacar son las siguientes:
  1. El determinismo biológico, presente en prácticamente todos los defensores de la eugenesia.
  2. La idea de que el progreso social depende del desarrollo tecnológico y que, como consecuencia, la mejor forma de resolver los problemas sociales es actuando tecnológicamente sobre la herencia.
  3. La prioridad dada a las intervenciones genéticas sobre las ambientales, derivada de la consideración de que la intervención directa sobre los genes es siempre la más eficaz y duradera.
Comentaré brevemente estas tres características:
El determinismo biológico consiste en la idea de que las facultades, comportamientos y relaciones sociales humanas están causados, de forma prácticamente determinante, por las características biológicas de los individuos, especialmente por su dotación genética siendo, en consecuencia, hereditarios.
Una discusión a fondo sobre el determinismo biológico requeriría por sí misma una exposición completa. Me limitaré a realizar unos breves comentarios y a presentar un par de ejemplos ilustrativos de la interacción entre genes y ambiente para caracteres sencillos, fácilmente mensurables.
El determinismo biológico se apoya en una idea falsa, basada en una comprensión errónea del funcionamiento de los genes. Si bien algunos caracteres simples, como los grupos sanguíneos, están determinados directamente por los genes y no dependen en absoluto del ambiente, la mayoría de los caracteres de un organismo son fruto de la interacción entre los genes y el ambiente en el que se desarrolla ese organismo, influyendo también factores aleatorios, que algunos autores llaman ruido de desarrollo. Aunque esta interacción se produce en la mayoría de los caracteres físicos, es especialmente importante en los más complejos, como pueden ser los mentales o de conducta.

CONCLUSIONES:


-Las prácticas eugenésicas no constituyen un todo monolítico que podamos aceptar o rechazar de forma global, sobre todo desde que su principal objetivo ha pasado a ser el tratamiento preventivo de las enfermedades hereditarias.




Diferencias entre la eugenesia clásica y la eugenesia moderna


Diferencias entre la eugenesia clásica y la eugenesia moderna


La eugenesia clásica, en la medida en que fue aplicada, se caracterizó por limitar los derechos reproductivos individuales en aras de la salud genética de las generaciones futuras. Fue, en lo fundamental, una eugenesia negativa aplicada casi siempre de forma coactiva. La eugenesia actual es, sobre todo, una eugenesia con fines terapéuticos que es considerada, en general, aceptable en sus objetivos aunque discutible en sus métodos. Sin embargo, incluso en los casos de prácticas eugenésicas privadas, voluntarias y con finalidad terapéutica se pueden formular objeciones que hagan problemática su aceptación.

Algunas de estas objeciones serían las siguientes:
  1. No siempre está claro lo que debe entenderse por patología, objeto de una intervención terapéutica. En los casos de enfermedades graves, su carácter patológico no presenta discusión. Pero en el caso de dolencias leves o de caracteres que simplemente se apartan de los valores medios de la población, las cosas pueden no estar tan claras (pensemos, por ejemplo, en la estatura). Además, los conceptos de salud y enfermedad cambian a lo largo del tiempo en función de las circunstancias sociales. Para complicar aún más las cosas, en ocasiones se pretende hacer pasar por patológicos caracteres que en absoluto lo son, pero que los prejuicios sociales convierten en poco deseables (como podría ser el caso de la homosexualidad).
  2. Los métodos empleados pueden presentar consecuencias negativas superiores a las ventajas potenciales que reportan. Este podría ser el caso de la terapia génica en la línea germinal.
  3. La presión de las empresas biotecnológicas y de las compañías privadas de seguros médicos, que puede hacer que la elección familiar no sea realmente libre y voluntaria.
Aunque los dos primeros problemas enunciados son muy importantes para enjuiciar las prácticas eugenésicas están fuera de los objetivos que me he marcado para esta exposición. Las personas interesadas en ellos pueden leer el clarificador texto de Enrique Iáñez Retos éticos ante la nueva eugenesia, contenido en el libro colectivo La Eugenesia hoy, de reciente publicación. A la tercera de las objeciones citadas sí me referiré más adelante cuando aborde los problemas de la terapia génica.
Pero la eugenesia moderna no se circunscribe únicamente a un programa de intervenciones terapéuticas. Existen defensores de otras formas de eugenesia, de objetivos más sociales, encaminadas al perfeccionamiento de distintas características humanas. Normalmente, debido al descrédito de la palabra eugenesia no suelen ser etiquetadas como tales pero, como veremos a continuación, son propuestas eugenésicas en el sentido más genuino. Por ejemplo, en 1991, el filósofo Tristram Engelhardt escribió acerca de la ingeniería genética de mejoramiento:
Puede que la organización biológica contemporánea de los seres humanos no provea el mejor medio de alcanzar las metas que podamos desear realizar mediante nuestros cuerpos a nivel individual y colectivo