A fines del siglo XIX, emergió entre científicos y médicos un movimiento que defendía el mejoramiento de la herencia humana. Francis Galton, un respetado científico británico fundador del movimiento, dio el nombre de eugenesia a este nuevo campo de investigación. Galton afirmaba que esta disciplina había sido fundada sobre principios científicos. Galton formuló por primera vez sus ideas acerca de la eugenesia al leer el Origen de las Especies, trabajo escrito por su primo Charles Darwin. En ese libro, Darwin argüía que el cambio hereditario, junto con la selección natural produciría nuevas especies. Debido a que la eugenesia estaba basada en las teorías darvinianas, muchos eugenicistas temían que las instituciones modernas, tales como el seguro social y médico, estaban engendrando la degeneración biológica entre los humanos. Al suavizar la lucha por la existencia, la sociedad moderna permitía la reproducción de los "seres inferiores". El propósito de la eugenesia era revertir esta tendencia degenerativa para que los humanos pudieran fomentar el progreso evolutivo.
Después de 1900, el movimiento eugenésico se diseminó rápidamente por todo el mundo occidental, especialmente entre científicos y médicos. Aunque los defensores de la eugenesia abrazaban diferentes corrientes políticas, fue especialmente popular entre los progresistas. En Alemania, el movimiento eugenésico dio un paso importante en 1900 cuando el concurso Krupp Prize ofreció un gran premio monetario por el libro que mejor respondiera a la pregunta: "¿Qué aprendemos de los principios de la evolución biológica con respecto a los avances políticos y la legislación de los países?" Wilhelm Schallmayer ganó el concurso con su libro "Herencia y Selección" (1903), el cual defendía enérgicamente la eugenesia. El médico Alfred Ploetz organizó el movimiento eugenésico alemán; en 1904, fundó el primer periódico en el mundo sobre la eugenesia y el año siguiente estableció la primera sociedad eugenésica. En Estados Unidos, el genetista Charles Davenport se convirtió en el principal organizador del movimiento eugenésico al establecer la Oficina de Registros sobre Eugenesia en Long Island (1910). Solicitó con éxito fondos para su investigación a importantes empresas de Estados Unidos, tales como la Fundación Carnegie.
Para la década de 1920, el movimiento pro eugenesia ya estaba tan bien establecido que muchas universidades de los Estados Unidos y Europa ofrecían cursos de eugenesia. Antes de morir (1911) Galton había establecido una cátedra sobre higiene racial (el término alemán para eugenesia) en la Universidad de Londres, y en 1927 Alemania fundo el Instituto Kaiser Wilhelm de Antropología, Herencia Humana y Eugenesia. La elite médica progresista de Latinoamérica, Asia y todos los lugares del mundo se impregnaba de la eugenesia junto con el conocimiento médico occidental.
Aunque algunos eugenicistas se enfocaban principalmente a la ciencia de la herencia humana, muchos promovían simultáneamente programas y políticas de control de la reproducción humana. Mediante la propagación de nuevas ideas acerca de la sexualidad y presionando para que las leyes controlaran la reproducción, los científicos empezaron a promover una nueva ética o nueva moralidad. Muchos de los primeros eugenicistas basaron su ética en la evolución, llamando a la eugenesia "evolución aplicada". En su opinión, cualquier cosa que promoviera el progreso evolutivo era buena, y cualquier cosa que condujera hacia la decadencia biológica era mala. Así, la salud y vitalidad biológica se convirtieron en las normas con las que juzgaban todas las acciones y políticas. Con frecuencia, su nueva moralidad entraba en conflicto con la moralidad cristiana tradicional.

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