jueves, 31 de mayo de 2012

los niños perfectos de Hitler

OBSERVEMOS DESDE UN CONTEXTO HISTÓRICO LA EUGENESIA












A fines del siglo XIX, emergió entre científicos y médicos un movimiento que defendía el mejoramiento de la herencia humana. Francis Galton, un respetado científico británico fundador del movimiento, dio el nombre de eugenesia a este nuevo campo de investigación. Galton afirmaba que esta disciplina había sido fundada sobre principios científicos. Galton formuló por primera vez sus ideas acerca de la eugenesia al leer el Origen de las Especies, trabajo escrito por su primo Charles Darwin. En ese libro, Darwin argüía que el cambio hereditario, junto con la selección natural produciría nuevas especies. Debido a que la eugenesia estaba basada en las teorías darvinianas, muchos eugenicistas temían que las instituciones modernas, tales como el seguro social y médico, estaban engendrando la degeneración biológica entre los humanos. Al suavizar la lucha por la existencia, la sociedad moderna permitía la reproducción de los "seres inferiores". El propósito de la eugenesia era revertir esta tendencia degenerativa para que los humanos pudieran fomentar el progreso evolutivo.
Después de 1900, el movimiento eugenésico se diseminó rápidamente por todo el mundo occidental, especialmente entre científicos y médicos. Aunque los defensores de la eugenesia abrazaban diferentes corrientes políticas, fue especialmente popular entre los progresistas. En Alemania, el movimiento eugenésico dio un paso importante en 1900 cuando el concurso Krupp Prize ofreció un gran premio monetario por el libro que mejor respondiera a la pregunta: "¿Qué aprendemos de los principios de la evolución biológica con respecto a los avances políticos y la legislación de los países?" Wilhelm Schallmayer ganó el concurso con su libro "Herencia y Selección" (1903), el cual defendía enérgicamente la eugenesia. El médico Alfred Ploetz organizó el movimiento eugenésico alemán; en 1904, fundó el primer periódico en el mundo sobre la eugenesia y el año siguiente estableció la primera sociedad eugenésica. En Estados Unidos, el genetista Charles Davenport se convirtió en el principal organizador del movimiento eugenésico al establecer la Oficina de Registros sobre Eugenesia en Long Island (1910). Solicitó con éxito fondos para su investigación a importantes empresas de Estados Unidos, tales como la Fundación Carnegie.
Para la década de 1920, el movimiento pro eugenesia ya estaba tan bien establecido que muchas universidades de los Estados Unidos y Europa ofrecían cursos de eugenesia. Antes de morir (1911) Galton había establecido una cátedra sobre higiene racial (el término alemán para eugenesia) en la Universidad de Londres, y en 1927 Alemania fundo el Instituto Kaiser Wilhelm de Antropología, Herencia Humana y Eugenesia. La elite médica progresista de Latinoamérica, Asia y todos los lugares del mundo se impregnaba de la eugenesia junto con el conocimiento médico occidental.
Aunque algunos eugenicistas se enfocaban principalmente a la ciencia de la herencia humana, muchos promovían simultáneamente programas y políticas de control de la reproducción humana. Mediante la propagación de nuevas ideas acerca de la sexualidad y presionando para que las leyes controlaran la reproducción, los científicos empezaron a promover una nueva ética o nueva moralidad. Muchos de los primeros eugenicistas basaron su ética en la evolución, llamando a la eugenesia "evolución aplicada". En su opinión, cualquier cosa que promoviera el progreso evolutivo era buena, y cualquier cosa que condujera hacia la decadencia biológica era mala. Así, la salud y vitalidad biológica se convirtieron en las normas con las que juzgaban todas las acciones y políticas. Con frecuencia, su nueva moralidad entraba en conflicto con la moralidad cristiana tradicional.

martes, 29 de mayo de 2012

La eugenesia y el Estado (1890-1945)

La eugenesia y el Estado (1890-1945)

Uno de los primeros defensores modernos de las ideas eugenésicas (antes de que fueran clasificadas como tales) fue Alexander Graham Bell. En 1881 Bell investigó la tasa desordera en Martha's Vineyard, Massachusetts. De esto concluyó que la sordera era de naturaleza hereditaria y recomendó la prohibición del matrimonio con sordos («Memoria sobre la formación de un tipo de sordera en la raza humana») incluso a pesar de que él mismo estaba casado con una sorda. Como muchos otros de los primitivos eugenesistas, propuso controlar la inmigración con fines eugenésicos y advirtió que los colegios internos para sordos podrían considerarse posiblemente como lugares de cría de una raza humana sorda.
Aunque la eugenesia es hoy relacionada a menudo con el racismo, no siempre fue así: tanto W.E.B. DuBois como Marcus Garvey apoyaron la eugenesia o ideas similares como forma de reducir el sufrimiento de los afroamericanos y mejorar su estatura. Muchos métodos legales de eugenesia incluyeron leyes estatales contra la miscegenación o la prohibición de los matrimonios interraciales. La Corte Suprema de los Estados Unidos derogó estas leyes estatales en 1967 y declaró inconstitucionales las leyes antimiscegenación.
La Alemania nazi de Adolf Hitler fue famosa por los programas eugenésicos que intentaban mantener una raza alemana «pura» mediante una serie de medidas recogidas bajo la llamada "higiene racial". Entre otras actividades, los nazis realizaron extensivos experimentos en seres humanos vivos para comprobar sus teorías genéticas, yendo desde la simple medida de las características físicas a los horrendos experimentos efectuados por Josef Mengele y Otmar von Verschuer con gemelos en los campos de concentración. Durante los años 1930 y 1940, el régimen nazi esterilizó forzosamente a cientos de miles de personas a los que consideraba mental y físicamente «no aptos» (se estima que unas 400.000 entre 1934 y 1937). La escala del programa nazi provocó que los defensores estadounidenses de la eugenesia buscasen una ampliación del suyo, con alguna queja sobre que «los alemanes nos están ganando en nuestro propio juego».10 Los nazis fueron incluso más allá, matando decenas de miles de inválidos oficiales mediante programas obligatorios de "eutanasia"
También implantaron varias políticas eugenésicas positivas, otorgando premios a las mujeres arias que tenían un gran número de hijos y promoviendo un servicio en el que mujeres solteras «racialmente puras» eran fecundadas por oficiales de las SS (Lebensborn). Muchas de sus preocupaciones sobre la eugenesia y la higiene racial estuvieron también presentes en su exterminio sistemático de millones de personas «indeseables», incluyendo judíos, gitanos, testigos de Jehová y homosexuales durante el Holocausto (buena parte del equipo y los métodos de exterminio usados en los campos fueron desarrollados inicialmente en un programa de eutanasia). El alcance y la coacción de los programas eugenésicos alemanes, junto con el fuerte uso de la retórica eugenésica y la llamada «ciencia racial» durante todo el régimen, crearon una indeleble asociación cultural entre la eugenesia y el Tercer Reich en los años de posguerra.
El segundo mayor movimiento eugenésico se dio en los Estados Unidos. Comenzando con Connecticut en 1896, muchos estados aprobaron leyes sobre el matrimonio con criterios eugenésicos, prohibiendo casarse a cualquiera que fuese «epiléptico, imbécil o débil mental». En 1898 Charles B. Davenport, un prominente biólogo estadounidense, comenzó como director de una estación de investigación biológica situada en Cold Spring Harbor unos experimentos sobre la evolución de plantas y animales. En 1904, Davenport recibió fondos del Instituto Carnegie para fundar la Estación de Evolución Experimental. La Eugenics Record Office (’Oficina de Registro de Eugenesia’) abrió en 1910 mientras Davenport y Harry H. Laughlin empezaban a promocionar la eugenesia.
Durante el siglo XX, los investigadores se vieron intrigados por la idea de que las enfermedades mentales podían transmitirse dentro de las familias y llevaron a cabo varios estudios para documentar la heredabilidad de enfermedades tales como la esquizofrenia, el trastorno bipolar y la depresión. Desafortunadamente estos intereses terminaron asociados con el movimiento eugenesista. A finales del siglo XIX y principios del XX se promulgaron leyes estatales para prohibir el matrimonio y forzar la esterilización de los enfermos mentales con el fin de evitar la «transmisión» de las enfermedades mentales a la siguiente generación. Estas leyes fueron ratificadas por la Corte Suprema de los Estados Unidos en 1927 y no fueron abolidas hasta mediados de siglo. Para 1945 unos 45.000 enfermos mentales habían sido esterilizados forzosamente.
En los años siguientes, la Eugenics Record Office reunió una enorme colección de árboles genealógicos y concluyó que quienes eran no aptos procedían de entornos económica y socialmente pobres. Eugenesistas tales como Davenport, el psicólogo Henry H. Goddardy el conservacionista Madison Grant (todos muy respetados en su época) empezaron a presionar para lograr diversas soluciones políticas al problemas de los «no aptos». (Davenport abogaba por la restricción de la inmigración y la esterilización como métodos principales, Goddard recomendaba la segregación en su libro La familia Kallikak, y Grant era partidario de todo lo anterior y más, abrigando incluso la idea del exterminio).14 Aunque su metodología y métodos de investigación se consideran actualmente muy defectuosos, en la época se consideró una investigación científica legítima. Tuvo sin embargo detractores científicos (notablementeThomas Hunt Morgan, uno de los pocos mendelistas en criticar explícitamente la eugenesia), si bien la mayoría de ellos se centraron más en la primitiva metodología de los eugenesistas y en la consideración de casi cualquier característica humana como hereditaria, que en la idea de la eugenesia en sí.15
La idea del «genio» y el «talento» fue también considerada por William Graham Sumner, un fundador de la American Sociological Society (actual American Sociological Association), quien mantenía que si el gobierno no interfería en la política social de laissez faire, surgiría una clase de genios en la cima del sistema de estratificación social, seguida de una clase de talentos. La mayor parte del resto de la sociedad caería en la clase de los mediocres. Aquellos que eran considerados anormales (retrasados mentales, minusválidos, etcétera) tenían un efecto negativo sobre el proceso social al consumir recursos necesarios. Deberían ser dejados solos para que se valiesen por sí mismo. Pero los de la clase de delincuentes (criminales, pervertidos, etcétera) deberían ser eliminados de la sociedad.16
Con la aprobación de la ley de inmigración Johnson-Reed, los eugenesistas jugaron por vez primera un papel protagonista en el debate del Congreso como expertos asesores sobre la amenaza de «linajes inferiores» procedentes del este y el sur de Europa. Esto redujo el número de inmigrantes del extranjero al 15% de años anteriores, al controlar el número de individuos «no aptos» que entraban al país. La nueva ley reforzó las anteriores que prohibían la mezcla racial en un intento por conservar el acervo genético.17 Las consideraciones eugenésicas también estuvieron tras la aprobación de leyes sobre el incesto en buena parte de los Estados Unidos y fueron usadas para justificar muchas leyes antimiscegenación.18
Algunos estados esterilizaron a los "imbéciles" durante buena parte del siglo XX. La Corte Suprema de los Estados Unidos sentenció en el caso Buck contra Bell de 1927 que el estado de Virginia podía esterilizar a los considerados no aptos. La época más importante de esterilización eugenésica fue entre 1927 y 1963, cuando unas 64.000 personas fueron esterilizadas forzosamente bajo las leyes eugenésicas de los Estados Unidos.19 Un informe favorable sobre los resultados de la esterilización en California, con mucho el estado que más esterilizaciones realizó, fue publicado con formato de libro por el biólogo Paul Popenoe y sería ampliamente citado por el gobierno nazi como evidencia de que los programas masivos de esterilizaciones eran factibles y humanos. Cuando los dirigentes nazis fueron juzgados por crímenes de guerra en los Juicios de Núremberg tras la Segunda Guerra Mundial, justificaron las esterilizaciones masivas citando a los Estados Unidos como sus inspiradores.




Los eugenicistas



Los eugenicistas no siempre estaban de acuerdo entre ellos mismos acerca de qué medidas debían tomarse para controlar la reproducción humana. Algunos ponían el acento sobre la eugenesia; es decir, medidas que alentaran a los "mejores" humanos a ser más prolíficos. Por ejemplo, rebajar impuestos o incluso dar subsidios a las clases altas y a los intelectuales para que tuvieran más hijos. En muchas de estas propuestas iba incrustada la suposición de que las clases altas y los intelectuales eran biológicamente superiores a las masas, especialmente la clase trabajadora. La mayoría de los eugenicistas también apoyaba la eugenesia negativa (es decir, los esfuerzos para evitar la reproducción de los individuos "inferiores", generalmente definidos como discapacitados congénitos, criminales habituales y todos aquellos que pertenecían a las razas supuestamente inferiores, tales como africanos, indios norteamericanos, etc.).
Algunos eugenicistas esperaban que las restricciones matrimoniales o la segregación permanente (encarcelamiento) de aquellos considerados no aptos para la reproducción lograrían resultados positivos. Sin embargo, a principios del siglo XX, un nuevo método para controlar la reproducción (la esterilización) se volvió muy popular entre los defensores de la eugenesia. En 1907 los Estados Unidos fueron la primera nación del mundo en aprobar una ley de esterilización obligatoria, cuando Indiana decidió forzar a algunos internos de sus prisiones y manicomios a someterse a la esterilización. Muchos otros estados siguieron el ejemplo, y en 1927, la suprema corte de los Estados Unidos declaró que las leyes de esterilización estaban permitidas. Para 1940, más de 35,000 personas habían sido esterilizadas obligatoriamente en los Estados Unidos. El régimen nazi implementó una campaña de esterilización aún más vigorosa en 1934, dando por resultado la esterilización forzada de más de 400,000 personas.
Como muchos eugenicistas eran racistas,  introdujeron medidas para restringir la reproducción de quienes consideraban razas inferiores. Algunos eugenicistas de los Estados Unidos tuvieron éxito al lograr que se aprobaran leyes anti-mestizaje como forma de mejorar la herencia humana. También se regocijaron con la aprobación del Acta de Inmigración de 1924, que restringía la inmigración desde países con calidad biológica supuestamente inferior.
Algunos eugenicistas radicales incluso defendían el infanticidio o la "eutanasia" involuntaria para deshacerse de las personas "inferiores". En 1870, el famoso biólogo darviniano alemán Ernst Haeckel, se convirtió en uno de los primeros intelectuales de la Europa moderna en proponer seriamente el asesinato de los niños con problemas congénitos. A principios del siglo XX, figuras destacadas como Jack London, Eugene Debs, Clarence Darrow, Margaret Sanger, H. G. Wells y Julian Huxley, apoyaron la legalización de la eutanasia, muchos de ellos porque la consideraban como medida eugenésica. En su afán de liberar a Alemania de aquellos considerados biológicamente inferiores, el régimen nazi implementó un programa en 1939 (después del inicio de la Segunda Guerra Mundial) para matar a las personas que estuvieran internadas en instituciones y tuvieran enfermedades congénitas, especialmente mentales, pero también a sordos, ciegos y otros. Hacia finales de la primera guerra mundial, los nazis habían matado en total a unos 200,000 discapacitados.
La respuesta de las iglesias al surgimiento de la eugenesia varió considerablemente. Los protestantes de las principales líneas, especialmente los de teología más liberal, se enorgullecían de adaptarse a las tendencias modernas y, en general, adoptaron con entusiasmo la ideología eugenésica. La Sociedad para la Eugenesia Norteamericana recibió cientos de trabajos para el concurso de sermones sobre eugenesia que patrocinó en la década de 1920. La oposición más audible y organizada hacia la eugenesia, especialmente hacia la esterilización y la eutanasia, provino de la iglesia católica, aunque muchos protestantes conservadores también se opusieron.
La eugenesia murió a mitad del siglo XX, al menos como movimiento organizado, por varias razones. El determinismo biológico estaba en decadencia, especialmente en psicología y antropología, pero también en muchos otros campos. Además, los críticos de la eugenesia pudieron capitalizar la baja calidad de algunos de los postulados científicos que apuntalaban la eugenesia. Las atrocidades nazis dieron mayor descrédito a la eugenesia. Finalmente, el llamado a la libertad reproductiva que acompañó a la Revolución Sexual de la década de 1960 contradijo las medidas obligatorias defendidas por los anteriores progresistas.
En los últimos 10 ó 20 años, han aparecido muchas docenas de libros sobre la historia de la eugenesia. Este intenso interés probablemente sea provocado por el miedo al resurgimiento de la eugenesia bajo otra apariencia. De hecho, desde la última parte del siglo veinte y hasta hoy, nuevas tecnologías reproductivas tales como la fertilización "in vitro", la amniocéntesis y el diagnóstico de enfermedades genéticas nos han presentado prospectos de una forma de eugenesia más individualizada. Por décadas, los padres han abortado niños con discapacidades serias. Recientemente se ha hecho posible seleccionar un óvulo fertilizado con características genéticas específicas antes de que sea implantado en el útero de la madre. Algunos médicos y científicos opinan abiertamente que las personas deberían seleccionar artificialmente las características de sus descendientes, aunque los críticos advierten sobre los peligros de los "bebés de diseñador".
Es muy probable que la clonación humana sea una realidad en un futuro cercano, y ante los acalorados debates sobre la moralidad de la clonación y la investigación con células madre, la historia de la eugenesia es un foco rojo. Los médicos y científicos de principios del siglo XX que apoyaron la eugenesia con frecuencia negaron la validez de la ética cristiana (o cualquier otra) en sus investigaciones, e incluso en sus propuestas de políticas públicas. Supuestamente,  la eugenesia era una panacea científica objetiva para miles de enfermedades físicas y sociales. Debemos asumir el control de nuestro futuro, afirmaban los defensores de la eugenesia, para liberar el destino humano de las enfermedades hereditarias y el crimen. Las consideraciones éticas fueron desdeñadas por ser perjudiciales para el progreso y la salud humana.

HISTORIA

HISTORIA


A fines del siglo XIX, emergió entre científicos y médicos un movimiento que defendía el mejoramiento de la herencia humana. Francis Galton, un respetado científico británico fundador del movimiento, dio el nombre de eugenesia a este nuevo campo de investigación. Galton afirmaba que esta disciplina había sido fundada sobre principios científicos. Galton formuló por primera vez sus ideas acerca de la eugenesia al leer el Origen de las Especies, trabajo escrito por su primo Charles Darwin. En ese libro, Darwin argüía que el cambio hereditario, junto con la selección natural produciría nuevas especies. Debido a que la eugenesia estaba basada en las teorías darvinianas, muchos eugenicistas temían que las instituciones modernas, tales como el seguro social y médico, estaban engendrando la degeneración biológica entre los humanos. Al suavizar la lucha por la existencia, la sociedad moderna permitía la reproducción de los "seres inferiores". El propósito de la eugenesia era revertir esta tendencia degenerativa para que los humanos pudieran fomentar el progreso evolutivo.
Después de 1900, el movimiento eugenésico se diseminó rápidamente por todo el mundo occidental, especialmente entre científicos y médicos. Aunque los defensores de la eugenesia abrazaban diferentes corrientes políticas, fue especialmente popular entre los progresistas. En Alemania, el movimiento eugenésico dio un paso importante en 1900 cuando el concurso Krupp Prize ofreció un gran premio monetario por el libro que mejor respondiera a la pregunta: "¿Qué aprendemos de los principios de la evolución biológica con respecto a los avances políticos y la legislación de los países?" Wilhelm Schallmayer ganó el concurso con su libro "Herencia y Selección" (1903), el cual defendía enérgicamente la eugenesia. El médico Alfred Ploetz organizó el movimiento eugenésico alemán; en 1904, fundó el primer periódico en el mundo sobre la eugenesia y el año siguiente estableció la primera sociedad eugenésica. En Estados Unidos, el genetista Charles Davenport se convirtió en el principal organizador del movimiento eugenésico al establecer la Oficina de Registros sobre Eugenesia en Long Island (1910). Solicitó con éxito fondos para su investigación a importantes empresas de Estados Unidos, tales como la Fundación Carnegie.
Para la década de 1920, el movimiento pro eugenesia ya estaba tan bien establecido que muchas universidades de los Estados Unidos y Europa ofrecían cursos de eugenesia. Antes de morir (1911) Galton había establecido una cátedra sobre higiene racial (el término alemán para eugenesia) en la Universidad de Londres, y en 1927 Alemania fundo el Instituto Kaiser Wilhelm de Antropología, Herencia Humana y Eugenesia. La elite médica progresista de Latinoamérica, Asia y todos los lugares del mundo se impregnaba de la eugenesia junto con el conocimiento médico occidental.
Aunque algunos eugenicistas se enfocaban principalmente a la ciencia de la herencia humana, muchos promovían simultáneamente programas y políticas de control de la reproducción humana. Mediante la propagación de nuevas ideas acerca de la sexualidad y presionando para que las leyes controlaran la reproducción, los científicos empezaron a promover una nueva ética o nueva moralidad. Muchos de los primeros eugenicistas basaron su ética en la evolución, llamando a la eugenesia "evolución aplicada". En su opinión, cualquier cosa que promoviera el progreso evolutivo era buena, y cualquier cosa que condujera hacia la decadencia biológica era mala. Así, la salud y vitalidad biológica se convirtieron en las normas con las que juzgaban todas las acciones y políticas. Con frecuencia, su nueva moralidad entraba en conflicto con la moralidad cristiana tradicional.

Características del ideario eugenista


Características del ideario eugenista


Las características del eugenismo que me interesa destacar son las siguientes:
  1. El determinismo biológico, presente en prácticamente todos los defensores de la eugenesia.
  2. La idea de que el progreso social depende del desarrollo tecnológico y que, como consecuencia, la mejor forma de resolver los problemas sociales es actuando tecnológicamente sobre la herencia.
  3. La prioridad dada a las intervenciones genéticas sobre las ambientales, derivada de la consideración de que la intervención directa sobre los genes es siempre la más eficaz y duradera.
Comentaré brevemente estas tres características:
El determinismo biológico consiste en la idea de que las facultades, comportamientos y relaciones sociales humanas están causados, de forma prácticamente determinante, por las características biológicas de los individuos, especialmente por su dotación genética siendo, en consecuencia, hereditarios.
Una discusión a fondo sobre el determinismo biológico requeriría por sí misma una exposición completa. Me limitaré a realizar unos breves comentarios y a presentar un par de ejemplos ilustrativos de la interacción entre genes y ambiente para caracteres sencillos, fácilmente mensurables.
El determinismo biológico se apoya en una idea falsa, basada en una comprensión errónea del funcionamiento de los genes. Si bien algunos caracteres simples, como los grupos sanguíneos, están determinados directamente por los genes y no dependen en absoluto del ambiente, la mayoría de los caracteres de un organismo son fruto de la interacción entre los genes y el ambiente en el que se desarrolla ese organismo, influyendo también factores aleatorios, que algunos autores llaman ruido de desarrollo. Aunque esta interacción se produce en la mayoría de los caracteres físicos, es especialmente importante en los más complejos, como pueden ser los mentales o de conducta.

CONCLUSIONES:


-Las prácticas eugenésicas no constituyen un todo monolítico que podamos aceptar o rechazar de forma global, sobre todo desde que su principal objetivo ha pasado a ser el tratamiento preventivo de las enfermedades hereditarias.




Diferencias entre la eugenesia clásica y la eugenesia moderna


Diferencias entre la eugenesia clásica y la eugenesia moderna


La eugenesia clásica, en la medida en que fue aplicada, se caracterizó por limitar los derechos reproductivos individuales en aras de la salud genética de las generaciones futuras. Fue, en lo fundamental, una eugenesia negativa aplicada casi siempre de forma coactiva. La eugenesia actual es, sobre todo, una eugenesia con fines terapéuticos que es considerada, en general, aceptable en sus objetivos aunque discutible en sus métodos. Sin embargo, incluso en los casos de prácticas eugenésicas privadas, voluntarias y con finalidad terapéutica se pueden formular objeciones que hagan problemática su aceptación.

Algunas de estas objeciones serían las siguientes:
  1. No siempre está claro lo que debe entenderse por patología, objeto de una intervención terapéutica. En los casos de enfermedades graves, su carácter patológico no presenta discusión. Pero en el caso de dolencias leves o de caracteres que simplemente se apartan de los valores medios de la población, las cosas pueden no estar tan claras (pensemos, por ejemplo, en la estatura). Además, los conceptos de salud y enfermedad cambian a lo largo del tiempo en función de las circunstancias sociales. Para complicar aún más las cosas, en ocasiones se pretende hacer pasar por patológicos caracteres que en absoluto lo son, pero que los prejuicios sociales convierten en poco deseables (como podría ser el caso de la homosexualidad).
  2. Los métodos empleados pueden presentar consecuencias negativas superiores a las ventajas potenciales que reportan. Este podría ser el caso de la terapia génica en la línea germinal.
  3. La presión de las empresas biotecnológicas y de las compañías privadas de seguros médicos, que puede hacer que la elección familiar no sea realmente libre y voluntaria.
Aunque los dos primeros problemas enunciados son muy importantes para enjuiciar las prácticas eugenésicas están fuera de los objetivos que me he marcado para esta exposición. Las personas interesadas en ellos pueden leer el clarificador texto de Enrique Iáñez Retos éticos ante la nueva eugenesia, contenido en el libro colectivo La Eugenesia hoy, de reciente publicación. A la tercera de las objeciones citadas sí me referiré más adelante cuando aborde los problemas de la terapia génica.
Pero la eugenesia moderna no se circunscribe únicamente a un programa de intervenciones terapéuticas. Existen defensores de otras formas de eugenesia, de objetivos más sociales, encaminadas al perfeccionamiento de distintas características humanas. Normalmente, debido al descrédito de la palabra eugenesia no suelen ser etiquetadas como tales pero, como veremos a continuación, son propuestas eugenésicas en el sentido más genuino. Por ejemplo, en 1991, el filósofo Tristram Engelhardt escribió acerca de la ingeniería genética de mejoramiento:
Puede que la organización biológica contemporánea de los seres humanos no provea el mejor medio de alcanzar las metas que podamos desear realizar mediante nuestros cuerpos a nivel individual y colectivo

La eugenesia

La eugenesia es algo de lo que realmente se han realizado un montón de controversias en realidad es difícil saber si realmente lograremos perfeccionar con esta practica la raza humana y no se conoce específicamente si en verdad tenemos derecho para manejar de este modo la vida

lunes, 28 de mayo de 2012


Teoría de Galton


La selección artificial de seres humanos fue sugerida desde épocas muy antiguas, al menos desde Platón, quien creía que la reproducción humana debía ser controlada por el gobierno. Platón registró estos puntos de vista en La República: «que los mejores cohabiten con las mejores tantas veces como sea posible y los peores con las peores al contrario». Platón proponía que el proceso se ocultase al público mediante una especie de lotería. Otros ejemplos antiguos incluyen la supuesta práctica de las polis de Esparta de abandonar a los bebés débiles fuera de los límites de la ciudad para que murieran. Sin embargo, dejaban a todos los bebés fuera durante un periodo de tiempo, considerándose más fuertes a los supervivientes, mientras muchos bebés supuestamente más débiles fallecían.

Galton esbozó por vez primera su teoría en el artículo de 1865 «Talento y personalidad hereditarios» (Hereditary Talent and Character), explicándola luego más detalladamente en su libro de 1869 El genio hereditario.7 Galton comenzó estudiando la forma en la que los rasgos humanos intelectuales, morales y de personalidad tendían a presentarse en las familias. Su argumento básico era que el «genio» y el «talento» eran rasgos hereditarios en los humanos (aunque ni él ni Darwin tenían aún un modelo de trabajo para este tipo de herencia). Galton concluyó que, puesto que puede usarse la selección artificial para exagerar rasgos en otros animales, podían esperarse resultados similares al aplicar estas prácticas en humanos. Como escribió en la introducción de El genio hereditario:Durante los años 1860 y 1870, Sir Francis Galton sistematizó estas ideas y costumbres de acuerdo al nuevo conocimiento sobre la evolución del hombre y los animales provisto por la teoría de su primo Charles Darwin. Tras leer El origen de las especies de éste, Galton observó una interpretación de la obra de Darwin a través de la cual los mecanismos de la selección natural eran potencialmente frustrados por la civilización humana. Galton razonó que, dado que muchas sociedades humanas buscaban proteger a los desfavorecidos y los débiles, dichas sociedades estaban reñidas con la selección natural responsable de la extinción de los más débiles. Sólo cambiando estas políticas sociales, pensó Galton, podría la sociedad ser salvada de una «reversión hacia la mediocridad», un frase que acuñó primero en estadística y que más tarde cambio a la hoy frecuente «regresión hacia la media».
Galton esbozó por vez primera su teoría en el artículo de 1865 «Talento y personalidad hereditarios» (Hereditary Talent and Character), explicándola luego más detalladamente en su libro de 1869 El genio hereditario.7 Galton comenzó estudiando la forma en la que los rasgos humanos intelectuales, morales y de personalidad tendían a presentarse en las familias. Su argumento básico era que el «genio» y el «talento» eran rasgos hereditarios en los humanos (aunque ni él ni Darwin tenían aún un modelo de trabajo para este tipo de herencia). Galton concluyó que, puesto que puede usarse la selección artificial para exagerar rasgos en otros animales, podían esperarse resultados similares al aplicar estas prácticas en humanos. Como escribió en la introducción de El genio hereditario:
"Me propongo mostrar en este libro que las habilidades naturales del hombre se derivan de la herencia, bajo exactamente las mismas limitaciones en que lo son las características físicas de todo el mundo orgánico. Consecuentemente, como es fácil a pesar de estas limitaciones lograr mediante la cuidadosa selección una raza permanente de perros o caballos dotada de especiales facultades para correr o hacer cualquier otra cosa, de la misma forma sería bastante factible producir una raza de hombres altamente dotada mediante matrimonios sensatos durante varias generaciones consecutivas."
Galton, El genio hereditario
 Según Galton, la sociedad ya fomentaba las enfermedades disgenéticas, afirmando que los menos inteligentes se reproducían más que los más inteligentes. Galton no propuso sistema de selección alguno, sino que esperaba que se hallaría una solución cambiando las buenas costumbres sociales de forma que animasen a la gente a ver la importancia de la reproducción.
Galton usó por primera vez la palabra eugenesia en su libro de 1883 Investigaciones sobre las facultades humanas y su desarrollo (Inquiries into Human Faculty and Its Development), en el que quiso «mencionar los diversos tópicos más o menos relacionados con el cultivo de la raza o, como podríamos llamarlo, con las cuestiones “eugenésicas”». Incluyó una nota a pie para la palabra que rezaba:
Esto es, con cuestiones relacionadas con lo que se denomina en griego eugenia, a saber, de buen linaje, dotado hereditariamente de cualidades nobles. Esta y las palabras relacionadas (eugénico, etcétera) son igualmente aplicables a hombres, bestias y plantas. Deseamos enormemente una palabra breve para aludir a la ciencia de la mejora del linaje, que en modo alguno se limita a las cuestiones de emparejamientos sensatos, sino que, especialmente en el caso del hombre, toma conciencia de todas las influencias que tienden a dar aunque sea en remoto grado a las razas o variedades más aptas una mejor oportunidad de prevalecer más rápidamente sobre los menos aptos de lo que de otra forma habría hecho. La palabra eugenesia expresaría suficientemente esta idea, siendo como mínimo una palabra más efectiva que viricultura, que una vez me aventuré a usar.

En 1904 Galton aclaró su definición de eugenesia como «la ciencia que trata sobre todas las influencias que mejoran las cualidades innatas de una raza, y también con aquellas que las desarrollan hasta la mayor ventaja.»
La formulación de Galton de la eugenesia estaba basada en un fuerte enfoque estadístico, fuertemente influenciado por la «física social» de Adolphe Quetelet. Sin embargo, a diferencia de éste Galton no exaltaba al «hombre medio» sino que lo despreciaba por mediocre. Galton y su heredero estadístico Karl Pearson desarrollaron lo que se llamó el enfoque biométrico de la eugenesia, que desarrolló nuevos y complejos modelos estadísticos (más tarde exportados a campos completamente diferentes) para describir la herencia de los rasgos. Sin embargo, con el redescubrimiento de las leyes de la herencia de Gregor Mendel, surgieron dos bandos separados de defensores de la eugenesia. Uno estaba formado por estadísticos y otro por biólogos. Los primeros creían que los segundos tenían modelos matemáticos excepcionalmente primitivos, mientras los biólogos creían que los estadísticos sabían poco sobre biología.
La eugenesia terminó aludiendo a la reproducción humana selectiva como intento de obtener niños con rasgos deseables, generalmente mediante el enfoque de influir sobre las tasas de natalidad diferenciales. Estas políticas se clasificaban en su mayoría en dos categorías: eugenesia positiva, la mayor reproducción de los que se consideraba que contaban con rasgos hereditarios ventajosos, y la eugenesia negativa, la disuasión de la reproducción de los que tenían rasgos hereditarios considerados malos. En el pasado, las políticas eugenésicas negativas han ido de intentos de segregación a esterilizaciones e incluso genocidio. Las políticas eugenésicas positivas han tomado típicamente la forma de premios o bonificaciones para los padres «aptos» que tenían otro hijo. Prácticas relativamente inocuas como la orientación matrimonial tenían vínculos primitivos con la ideología eugenésica.
La eugenesia era diferente de lo que más tarde se conocería como darwinismo social. Aunque ambos sostenían que la inteligencia era hereditaria, la eugenesia afirmaba que eran necesarias nuevas políticas para cambiar activamente el statu quo hacia un estado más «eugenésico», mientras los darwinistas argumentaban que la propia sociedad «advertiría» naturalmente el problema de la «disgenesia» si no se ponían en práctica políticas de bienestar social (por ejemplo, los pobres podrían reproducirse más pero tendrían tasas de mortalidad más elevada).


Como se elige el sexo?


Los métodos naturales

de sodio y potasio.

Padres de todos los tiempos han soñado siempre con poder elegir el sexo de sus hijos. A los “métodos caseros” para lograr un sexo u otro se unen hoy procedimientos  científicos que ofrecen altas probabilidades de éxito. Hemos recopilado las técnicas más recomendadas para acertar a la primera.




Para algunos son mitos, pero otros juran que han dado resultado. La buena noticia es que no se pierde nada con intentarlo. Son métodos no invasivos, al alcance de  cualquiera, que se basan en la creación de un ambiente conceptivo atractivo para otro tipo de semen.

El método Shettles se basa en las diferencias entre el esperma masculino y el femenino. El primero es más rápido, menor y más delicado, mientras que el segundo es más lento, de mayor tamaño y más resistente. Para determinar el sexo del bebé este método considera varios factores, incluidos el momento y la profundidad del coito, el pH de la mujer y la densidad de esperma.

Para concebir un varón este método recomienda mantener relaciones sexuales muy cerca del momento de la ovulación; antes del coito ducharse con una combinación de agua y bicarbonato (para hacer más alcalino el medio); tomarse un café; e incrementar la densidad de esperma (absteniéndose de mantener relaciones sexuales durante los 3 ó 4 días previos a la ovulación). 

Además, advierten que el orgasmo libera en la mujer una hormona que hace más alcalino el medio, lo cual favorece las posibilidades de concebir un varón. También  consideran la profundidad: cuanto más profundo sea el coito más probable será tener un niño. La alimentación es otro factor a tener en cuenta: los alimentos que favorecen a los varones son altos en sodio y potasio y están casi exentos de calcio y magnesio.

Para que sea niña habría que seguir los pasos contrarios: mantener relaciones tres días antes de la ovulación; antes del coito ducharse con agua y vinagre (para hacer más ácido el medio); reducir la densidad del esperma (con una ducha caliente previa); mantener relaciones poco profundas (cuanto menos profunda, menos alcalina es la vagina). Por último se deben consumir alimentos ricos en calcio y magnesio y evitar los que tienen un alto contenido 


El método Jonas
Se basa en que las características bioquímicas del endometrio varían periódicamente afectando la sedimentación del esperma. De acuerdo con este método durante el ciclo de la mujer hay días en que puede concebir un varón y otros en que concibe niñas. La compañía que promociona este método envía a sus pacientes un calendario que especifica los días más apropiados para concebir cada sexo. Afirman tener un porcentaje de éxito del 97,8 por ciento.

Los médicos admiten que estos métodos sí tienen algo de cierto pero desconfían de algunas de las recomendaciones: “Sí es cierto que existe una relación entre el momento del coito y el momento de la ovulación. Cuanto menos se aproximen ambos más probabilidades hay de concebir una niña, debido a la mayor resistencia del cromosoma femenino. El resto de las recomendaciones de este método no están demostradas”, indica la ginecóloga María Teulón González del Hospital de Leganés en España. 

Las técnicas de laboratorio

Lo que sí está demostrado es la efectividad de procedimientos científicos como la citrometría de flujo o la preimplantación genética. La desventaja es que no son métodos naturales y son costosos, además de que son pocos los países en que están permitidos para objetivos que no sean estrictamente médicos. 
La selección de embriones (Preimplantation Genetic Testing, PGT) es el único método que garantiza el éxito, pero es muy invasivo y prohibitivo para el bolsillo de la gran mayoría (los precios se acercan a los 20,000 dólares). Se basa en la extracción de óvulos de la mujer que son sometidos a una fertilización in-vitro. Tres días después los cromosomas son analizados a través de una biopsia y se implanta en el útero el que tenga el sexo deseado. 

“Estos métodos sí dan resultados probados. Se realizan para evitar la aparición de enfermedades hereditarias vinculadas a un sexo determinado. En la mayoría de los países de Europa la selección de sexo está prohibida y éste es el único supuesto bajo el cual es legal elegir el género. Es arriesgado porque se realiza una biopsia del óvulo que lo puede poner en peligro. Además es muy caro porque requiere la participación de profesionales muy especializados en centros también especializados”, indica el doctor García Enguídanos. 

Otra técnica muy popular es la separación del esperma (Cytometric Separation Technology, MicroSort). Este método se basa en teñir con un colorante el esperma. Al pesar más el esperma con cromosomas X (femenino), absorbe más colorante y es posible separarlo del esperma con cromosomas Y (masculino), para más tarde implantar en el útero materno el esperma con el cromosoma deseado. 
The Genetics and IVF Institute, la empresa que realiza este procedimiento, sólo acepta a parejas con un historial familiar de enfermedades genéticas vinculadas a un cromosoma o a parejas con hijos que desean elegir el sexo del bebé para lograr un equilibrio familiar, es decir parejas que ya tienen varios hijos de un mismo sexo y buscan el otro sexo. El costo por “intento” oscila alrededor de los 2,500 dólares (se calcula que son precisos al menos tres intentos por embarazo).

El método Ericsson es similar al anterior y se basa en que el esperma masculino es más ligero y más rápido. El esperma se vierte en un líquido viscoso, siendo los espermatozoides masculinos los que llegan antes al fondo de este líquido. El esperma femenino, que nada más lentamente, es recogido de la superficie del fluido. El porcentaje de éxito oscila alrededor del 70-75 por ciento.



A continuación veremos un vídeo que nos hará reflexionar acerca de la eugenesia:










Jugar con las leyes de la herencia



La sociedad hoy permite que no nazcan niños que habrían sufrido problemas de salud debido a su dotación genética o por mutaciones y que se seleccione a los sanos. Sin embargo llegamos a grandes problemas si nos preguntamos a nosotros mismos si sería igual de aceptable elegir los embriones según tuvieran predisposición o no a enfermedades graves, como el tener algún gen relacionado con tener cáncer en el futuro. 
¿es ético elegir el sexo del niño, o su color de pelo u ojos según criterios no médicos, sino cosméticos o de gusto personal? ¿Nos sería posible decidirnos por un niño que no tenga los pies planos, dientes torcidos o miopía? ¿Elegiríamos un hijo más alto o más inteligente si estuviera en nuestra mano?
Estas son algunas de la preguntas que se hacen hoy en día en cuanto a la eugenesia
Elegir un bebé según la estética que quieran los padres es una realidad y ya está generando interés y polémica. ¿Qué harán con los embriones no seleccionados? Me refiero a los que no sean seleccionados por no ofrecer el perfil genético del bebé deseado. Cuando se hace una selección de embriones, se implanta en el útero de la madre sólo los que tengan las características deseadas. Me pregunto también si no estarán con eso promoviendo la discriminación racial. ¿No estamos permitiendo demasiada manipulación de la naturaleza humana?

El resultado de un reciente estudio aplicado a una muestra de mil personas, y realizado en la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, revela que un 13 por ciento de los encuestados estaría interesado en utilizar esta técnica para conseguir bebés más inteligentes, y un 10 por ciento estaría de acuerdo en utilizarla para seleccionar a los embriones que serán más altos al llegar a la edad adulta.
Es inevitable que se cuestione la moralidad de esta práctica y los intereses despertados. El bebé no es un producto ni una mercancía que se puede elegir según el diseño y la forma que presente.

 

EUGENESIA EN ESTADOS UNIDOS Y EN ALEMANIA 

Estados Unidos y la Alemania de Hitler coincidieron –en muy diferente medida- a la hora de aplicar la eugenesia de una manera práctica.
Durante los doce o trece primeros años del siglo XX se realizaron 236 vasectomías forzosas en retrasados mentales del estado norteamericano de Indiana (Thuillier, 1984: 779).
En 1907 este mismo estado aprobó la primera ley de esterilización obligatoria de los deficientes mentales, violadores y criminales. Entre los términos empleados para referirse a las personas que debían someterse a tales medidas, figuraban algunos tan ambiguos como “degenerados hereditarios”, “pervertidos sociales” o “adictos al alcohol y las drogas”.
Tales normas se fueron extendiendo a veintiocho estados más, hasta que en 1935 el número de esterilizaciones practicadas alcanzó la cifra de 21.539.
No obstante, las prácticas eugenésicas no fueron siempre tan drásticas, sino que en ocasiones pasaron más desapercibidas. Otra ley de 1924, la Immigration Restriction Act, puso en marcha una selección de los extranjeros inmigrantes que deseaban entrar en Estados Unidos. El argumento racista que inspiraba tal ley era la creencia de que los individuos procedentes del norte y oeste de Europa eran biológicamente superiores a los que venían del este y del sur.
Una vez más las ideas propias de la eugenesia se escondían detrás de la ley. Se consideraba que el patrimonio genético de las personas, la herencia biológica, determinaba el nivel económico y social de éstas, siendo más importante que la influencia del ambiente o la educación que se había recibido a lo largo de la vida.
También en otros países la moda racista caló hondamente. En Alemania, el clima promovido por el nacionalsocialismo de Adolf Hitler fue, por desgracia, el más adecuado para que la eugenesia arraigara con fuerza.
En su libro Mein Kampf, redactado a partir de 1924, el gran dictador se apoyaba claramente en la biología y en la teoría de la evolución para justificar su descabellado culto a la “pureza de la raza aria”.
En 1933 fue aprobada la ley de higiene racial que permitió la esterilización de muchas personas consideradas deficientes físicos o mentales.
Con el fin de purificar la sangre alemana de los “genes defectuosos” de las razas inferiores, seis millones de judíos fueron exterminados en las cámaras de gas, quemados después y sus cenizas utilizadas como abono en los campos.
Simultáneamente se practicó también una política de eugenesia positiva mediante la selección de jóvenes de ambos sexos que, según se creía, manifestaban los caracteres arios. Se crearon centros para que estas personas se reprodujeran y pudieran transmitir sus genes a la descendencia.
El movimiento eugénico empezó a decaer a partir de los años treinta debido en parte a los nuevos descubrimientos de la genética, así como a la crisis económica, la gran depresión, que afectó por igual tanto a los nórdicos como a los mediterráneos.
Todo esto unido al terrible escándalo provocado por el holocausto nazi en la conciencia de la humanidad, contribuyó a que la filosofía eugenética perdiera paulatinamente credibilidad.

CON LO LEÍDO ANTERIORMENTE SE PUEDE COMPRENDER CON MAS FACILIDAD EL DOCUMENTAL       "LOS NIÑOS PERFECTOS DE  HITLER"
RECUERDE QUE SU OPINIÓN ES IMPORTANTE DEJE SU COMENTARIO

domingo, 27 de mayo de 2012

EUGENESIA EN ESTADOS UNIDOS Y EN ALEMANIA

EUGENESIA EN ESTADOS UNIDOS Y EN ALEMANIA 

Estados Unidos y la Alemania de Hitler coincidieron –en muy diferente medida- a la hora de aplicar la eugenesia de una manera práctica.
Durante los doce o trece primeros años del siglo XX se realizaron 236 vasectomías forzosas en retrasados mentales del estado norteamericano de Indiana (Thuillier, 1984: 779).
En 1907 este mismo estado aprobó la primera ley de esterilización obligatoria de los deficientes mentales, violadores y criminales. Entre los términos empleados para referirse a las personas que debían someterse a tales medidas, figuraban algunos tan ambiguos como “degenerados hereditarios”, “pervertidos sociales” o “adictos al alcohol y las drogas”.
Tales normas se fueron extendiendo a veintiocho estados más, hasta que en 1935 el número de esterilizaciones practicadas alcanzó la cifra de 21.539.
No obstante, las prácticas eugenésicas no fueron siempre tan drásticas, sino que en ocasiones pasaron más desapercibidas. Otra ley de 1924, la Immigration Restriction Act, puso en marcha una selección de los extranjeros inmigrantes que deseaban entrar en Estados Unidos. El argumento racista que inspiraba tal ley era la creencia de que los individuos procedentes del norte y oeste de Europa eran biológicamente superiores a los que venían del este y del sur.
Una vez más las ideas propias de la eugenesia se escondían detrás de la ley. Se consideraba que el patrimonio genético de las personas, la herencia biológica, determinaba el nivel económico y social de éstas, siendo más importante que la influencia del ambiente o la educación que se había recibido a lo largo de la vida.
También en otros países la moda racista caló hondamente. En Alemania, el clima promovido por el nacionalsocialismo de Adolf Hitler fue, por desgracia, el más adecuado para que la eugenesia arraigara con fuerza.
En su libro Mein Kampf, redactado a partir de 1924, el gran dictador se apoyaba claramente en la biología y en la teoría de la evolución para justificar su descabellado culto a la “pureza de la raza aria”.
En 1933 fue aprobada la ley de higiene racial que permitió la esterilización de muchas personas consideradas deficientes físicos o mentales.
Con el fin de purificar la sangre alemana de los “genes defectuosos” de las razas inferiores, seis millones de judíos fueron exterminados en las cámaras de gas, quemados después y sus cenizas utilizadas como abono en los campos.
Simultáneamente se practicó también una política de eugenesia positiva mediante la selección de jóvenes de ambos sexos que, según se creía, manifestaban los caracteres arios. Se crearon centros para que estas personas se reprodujeran y pudieran transmitir sus genes a la descendencia.
El movimiento eugénico empezó a decaer a partir de los años treinta debido en parte a los nuevos descubrimientos de la genética, así como a la crisis económica, la gran depresión, que afectó por igual tanto a los nórdicos como a los mediterráneos.
Todo esto unido al terrible escándalo provocado por el holocausto nazi en la conciencia de la humanidad, contribuyó a que la filosofía eugenética perdiera paulatinamente credibilidad.

CON LO LEÍDO ANTERIORMENTE SE PUEDE COMPRENDER CON MAS FACILIDAD EL DOCUMENTAL       "LOS NIÑOS PERFECTOS DE  HITLER"
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